lunes, 19 de noviembre de 2012

Despertador.


-Posiblemente tengas razón con lo de la perfección, pero para mí eres perfecta. Me gustas así, con tus mofletes sonrojados, con tus ojos verdes al sol marrones a la oscuridad, con tus sonrisas hasta en los días más oscuros, con tus ganas de ayudar.
Ella se quedó parada, no sabía cómo reaccionar. De repente un pájaro empezó a sonar como un chirrido. De pronto, la escena se había borrado, ella estaba en su cama, estaba soñando.
-No puede ser verdad..
pero sí, así era. El despertador indicaba que era hora de dejar de soñar. Había soñado con él desde que se fijó en él, pero no tenía valor para decírselo.






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