Quiero que sepas que hoy me voy de fiesta. Y que voy a beber como nunca he bebido antes. Que me voy a desmadrar hasta que tenga que venir alguien a buscarme. Que pienso bailar hasta que mis pies no puedan más. Y sin ti. Todo sin ti. Voy a ser la persona más feliz del mundo aunque sólo sea por una noche, olvidándome de ti.

Déjame decirte que, si algo he aprendido en este período de tiempo es que no debes irte con aquel que te promete el universo, ni con el que te dice que estará ahí siempre, o el que más palabras bonitas te pueda decir. Tampoco has de irte con el más guapo, o el más popular. Ni con el más rico, ni con el que más a lugares de película te pueda llevar. Tampoco creo que debas de irte con el que más se lo curre en San Valentín. Creo sinceramente, que debes enamorarte de aquel que tenga arrebatos y te diga lo puta que eres cuando no estás con él y lo celoso que se pone con cualquier tontería. De aquel que tenga más idas y venidas, de aquel con el que te pelees todos los días. Con aquel, que te de mil momentos malos, pero que sepa hacer que uno bueno, valga más que un millón. Y de aquel que te haga sonreír cuando las llores y las cosas vayan mal, porque cuando van bien las cosas, es demasiado fácil. Creo, sinceramente, que con él funcionará. Enámorate, huye, con aquel que te haga daño; eso significa que podrá hacerte feliz. Corre con aquel que te haga sentir loca, con aquel que sea todo lo contrario a ti, aquel con el que nadie apueste un duro por la relación, ése, con ése es con el que serás realmente feliz. Y me dirás "Estás loca, eso es insoportable", sí, puede ser, pero lo perfecto no existe, y aquel que tantas cosas te dice, es porque realmente le importas. Decía un viejo sabio que quien bien te quiere, te hará llorar. Y creo sinceramente, que es verdad. Porque creo que tú, y yo, y todos, deberíamos ir con aquella persona que rompe todos los esquemas de lo perfecto y aún así no deja de serlo.

Olvida los príncipes azules. Deja de obsesionarte con los cuentos y mundos de fantasía. Nadie ha nacido con sangre azul y seguramente nadie va a ir a tu cama a despertarte con un beso. No vas a encontrar esa perfección, de todos modos, puedo asegurarte que te aburriría. Despierta. Date cuenta, las cosas no duran para siempre, hasta los amores de película duran dos escasas horas. ¿Y sabes que te digo? Que esto acaba de empezar, pero yo ya no te voy a contar más nada. Ahora te toca a ti.
Bienvenida a la era de la pérdida de la inocencia; nadie desayuna con diamantes y nadie vive romances inolvidables.

Se feliz

Porque la piedra nunca es tan grande como para que no puedas escalarla; porque las injusticias se pagan; porque el tiempo cura las heridas; porque el amor llega; porque la verdad tarde o temprano sale a la luz; porque el coraje te levanta; porque el miedo te fortalece; porque los errores te enseñan; porque nadie es perfecto; porque aunque te sientas solo, siempre hay alguien que te quiere y que te espera; porque como digo siempre, la vida siempre da revancha.. y pone a cada uno donde debe de estar.
Tiempo al tiempo.

¿Sabías que tenemos 6 sonrisas?

Una cuando te ries de verdad.

Otra cuando lo haces por cortesía.

La tercera cuando te sientes incomodo.

La cuarta cuando te ries de ti mismo.

La quinta cuando algo te sorprende .

Y la sexta, cuando hablas de él.

Un simple aquí te pillo aquí te mato.

Como dice una amiga mía, ¿novio, para qué? Lo mejor es estar sola.

Y tiene toda la razón del mundo, vale si, tener novio es bueno siempre tienes a alguien que te da mimos etc.. pero tenemos 17 años no tendríamos que estar preocupándonos en que el chico que nos gusta pasa de nosotras, sino pensando, hoy salgo, ¿conoceré a algún chico que esté bueno? Y si lo encuentras pues te lo pillas y taluego. Un simple aquí te pillo aquí te mato. Los novios ya llegarán mas adelante, de momento hay que vivir la vida. Porque novios podemos tener muchos, pero 17 años solo los tenemos una vez.

A veces te paras a pensar en todo lo que cambiaste y lo que cambia tu vida. Desde que eres pequeña y tienes tu primer "novio", después cuando la cosa se vuelve más seria y tienes ese niño que te gusta en el colegio, y luego llegas al instituto. Gente nueva, cosas nuevas, y te olvidas de todo lo anterior o de casi todo, es como empezar de nuevo. El primer día ya te fijas en ese chico que te gustará, pero que al final nada, después te fijas en un montón más y los clasificas según tus gustos, más tarde un segundo, un tercero y cuando llegas al cuarto te parece el definitivo, el que dices que si que te gusta de verdad y que le quieres, pero después de un tiempo te das cuenta de que pierdes el tiempo enamorada de alguien que no te corresponde y también te llevas miles de decepciones y desilusiones y te planteas olvidar. Te das tiempo, algún que otro rollo y después pareces estar indecisa: uno, otro, otros... Y no sabes que pasa, porque ni te entiendes tu misma, ni lo entiendes.
Y después de todo eso te das cuenta de que lo mejor es vivir el momento, de decir que lo que tenga que pasar que pase, que la vida es así, que lo mejor está por llegar, los mejores chicos y los mejores amores, y que los de verdad surgen por casualidad, y serán los que te ilusionen y con los que sientes que vas a ser feliz porque él te va a hacer feliz, los que te sorprendan cada día, los que te digan te quiero al oído, los que con una mirada o una sonrisa son capaces de decirte todo, con los que jamás te imaginaste que pasaría eso, con los que por casualidad o no tanta te encuentras un día y después de unos cuantos empiezan diciéndote hola y acaban después de un tiempo con un te quiero, los que te animan a levantarte cada día, lo que te ayudan a seguir en pie y a continuar tu vida, los que te llenan, los que ves cada día por la mañana y que te duermes con ellos, esos son los de verdad, no serán para siempre, pero tu esperas que lo sean, porque es lo mejor que tienes y lo que más quieres.

Nadie le va a igualar, nadie va a conseguir que me tiemblen las piernas al segundo de verle.

A lo mejor es verdad eso de que el primer amor queda marcado para siempre, y que los demás son para olvidar a ese primero.

Porque por muchos años que pasen un puedo evitar que me tiemblen las piernas y sonreír como una tonta cuando le veo..

Para mi seguirá siendo siempre mi debilidad, ese primero, aunque el ya haya pasado página.

                                                                    (LMP)

Parte 1

Cuando tu mejor amiga te dice “antes no eras así, te reías mucho más..” te das cuenta de que todo se te ha ido de las manos. Todo te supera.. las cosas de clase, ver como tus amigas de siempre se van alejando poco a poco, ver que ahora eres incapaz de sacar una sonrisa a dos de tus amigas que están a tu lado, ni si quiera animarlas… y que el chico que creías diferente sea igual de gilipollas que los demás.. Así van las cosas, día tras día, decepción tras decepción. 

Estoy teniendo esos días en los cuales nada importa; en los cuales pasan por tu mente millones de pensamientos e intentas descifrarlos pero no sacas nada en claro. Esos días en los que en un momento sientes felicidad y al otro momento sientes tristeza. Estoy teniendo una semana de locura; esos días en los cuales llegas a tu casa reventada y hasta el ruido de una mosca te molesta. Esos días en los cuales sólo la presencia de la televisión te hace enfadar. Estoy teniendo esos días en los cuales me enfado conmigo misma por tener esa lágrima en el ojo que salta en el momento menos adecuado.

No, no estoy bien.

¿Cómo estarlo cuando la persona que más te importa te considera un cero a la izquierda? ¿Cómo estarlo cuando te das cuenta que no eres tan especial como algunos dicen? ¿Cómo sonreír cuando por dentro estoy gritando de dolor? ¿Por qué debería fingir que sí estoy bien? ¿Para no llamar la atención de los demás y "aprender a ser fuerte"? Yo no quiero eso. Yo no quiero fingir que soy fuerte porque sé que no lo soy. Y no mentiré diciendo que soy la persona más feliz y afortunada por el simple hecho de vivir. Porque nadie lo es. Nadie es completamente feliz. Todos tenemos esos momentos en los que "NO ESTAMOS BIEN". 

C+1 E+2

Siempre pensé que yo era una persona fuerte. Que sabía distinguir entre los que merece la pena y los que no. Estaba convencida de que nunca me dejaría engañar, que mi orgullo superaría todo lo que se pusiese en mi camino. Pero entonces llegaste tú.

Regálame una rosa por cada mentira, un beso por cada grito, una noche junto a ti por cada noche sin ti, una sonrisa por cada sentimiento de culpa, una caricia por cada inseguridad, un perdón por cada fallo, una mirada, una buena palabra, comprensión..

- Coge el vaso.
+ Vale.
- Tíralo y mira lo que pasa.
+ Se ha roto ¿y qué?
- Ahora pídele perdón y dime, ¿vuelve a estar como antes?

+ ...

Las penas nunca vienen solas

Esa sensación de impotencia, de ganas de llorar, de querer escapar de ahí. ¿Sabes? Es como cuando vas guardando cosas en una cajita, una cajita terriblemente frágil. Con todo lo que hay dentro, le coges un cariño enorme e inexplicable a tu cajita. Pero un día, por cualquier tontería, la cajita cae al suelo y se rompe. Y allí estás tú, sin acabar de creértelo, y sin poder hacer nada porque todo vuelva a la normalidad. Recoges los trocitos sabiendo que siempre la echarás de menos, sabiendo que ya no podrás guardar más cosas en ella, que algún día tendrás que comprarte otra. Y sin embargo, tú no quieres ninguna otra, no quieres otra igual, ni otra parecida; tú quieres tu cajita, esa cajita.